¿Por qué PP y PSOE no quieren que votemos?

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José Mejías, miembro de Attac Jerez

Jose Mejías-¡Vaya pregunta! ¿Pero que dices? Eso tiene trampa. Estás afirmando que PP y PSOE no quieren que vayamos a votar y ¿ sólo te cuestionas por sus razones? No hombre, no. Tendrás que argumentar tu afirmación, lo que dices es muy gordo. ¿Piensas que los dos principales partidos, los que están llamados a guiarnos para salir de esta crisis, no quieren que participemos en las elecciones, en la “gran fiesta” de la democracia?. A ver, ¡explícate!

Nos hemos encontrado con que PP y PSOE montan una campaña anodina, con candidatos anodinos, con imagen anodina y sin propuestas conocidas.

El PP presenta casi “fuera de plazo” a un candidato “cantado”, que tiene más fotos públicas zampando bollos o contando chistes que hablando de política. En las vallas publicitarias un candidato azul, con contornos grisáceos sobre fondo azul, para que se vea cuanto menos mejor y con un eslogan tan estimulante y largo “como él solo”: “LO QUE ESTÁ EN JUEGO ES EL FUTURO”. ¡Un eslogan con 8 palabras!, suspenso en marketing.

El PSOE presenta a la “rompedora” Elena Valenciano, que arranca la campaña relatando su viaje vital desde Jesucristo a ¡Felipe González!, pasando por el “Che” Guevara, como queriendo acaparar todo el posible target electoral, cual publicista principiante. Suspenso en marketing. Su figura en la valla no destaca sobre ningún color porque el PSOE “no tendrá vallas electorales” y su eslogan, Tú mueves Europa, suena a broma, si no fuera porque es Europa la que nos mueve a nosotros, o no notamos el “meneo” que nos mete Europa cada vez que los “hombres de negro” aparecen por España.

Lo que pienso, y lo que el comportamiento de los partidos me dice, es que NO QUIEREN QUE VOTEMOS. Y han preparado una campaña para que la gente de por hecho el resultado de “empate técnico” y se “conforme” con expresar su descontento no acudiendo a votar. Nos están quitando las pocas ganas que ya tiene mucha gente. Nos quieren aburridos y en casa.

Empecemos “por partes”, como decía Jack El Destripador. No voy a marearles con cifras. Cualquier diario de noticias, blog de información política o diferentes investigaciones sociológicas publican, cada cierto tiempo, series de resultados electorales (sondeos oficiales y de empresas dedicadas al tema demoscópico). Prácticamente todos dicen lo mismo:

El bipartidismo PP-PSOE pierde fuelle en España, aunque se mantiene en niveles homologables o incluso por encima de otros países del entorno europeo.

La participación electoral disminuye y, por lo tanto, aumenta la abstención.

Esta tendencia no parece ser estacional, podría haber venido para quedarse.

En España, además, parece instaurarse un “bipartidismo de los perdedores” donde IU y UPyD recogen parte de desgaste electoral de los dos grandes, aunque seguramente sus votantes (y esto es cosecha mía) no piensan en ellas como fuerzas “ganadoras”.

En este panorama de sangría permanente y progresiva de votos del PPSOE, ¿Qué les interesa a estos dos partidos?:

Qué la sangría se detenga prometiendo salir de la crisis. Lo hacen con la boca pequeña, ya que esta apuesta es bastante inverosímil cuando la Unión Europea está urgiendo más recortes en los próximos dos años y los “tímidos avances” en los indicadores macroeconómicos no se traduce en ninguna mejora en la vida de la gente. Saben que no cuela.

Que la sangría no se traduzca en una pérdida de poder (de escaños) y para eso es preferible que los descontentos y las cabreadas se queden en casa a que acudan a votar. Y esa es la razón principal de la estrategia de campaña de los dos grandes partidos.

Que se vaya abriendo paso, y en eso trabajan al alimón, el escenario de un gran pacto de Estado PP-PSOE, de emergencia, en el que la “unión” de los dos grandes partidos permita gobernar, pues representan básicamente los mismos intereses (de la banca y las grandes corporaciones empresariales internacionales) y conjure la pérdida progresiva de respaldo ciudadano.

Curiosamente todos los medios de comunicación han publicitado en estos días el último barómetro del CIS que, oportunamente cocinado, habla de freno a la caída del bipartidismo. ¿Que casualidad no? Parece muy oportuno que los electores piensen que el respaldo al PP-PSOE se mantiene y no agudiza su declive.

Si ellos no quieren que votemos es porque les interesa y demostrado está que sus intereses no son los nuestros. Se les cambiaría la cara si durante la campaña nos vamos calentando y votamos a otros, a esos otros que, a mí particularmente, me hubiera gustado que hubieran acudido en un “bloque amplio de izquierdas”, que no solo suponga una convergencia de fuerzas políticas entre sí, sino fundamentalmente de todas ellas con la ciudadanía, pero una vez más no ha podido ser. Esa opción supone tanta generosidad y confianza entre los distintos actores que de momento no ha cuajado. Mientras tanto estaré observando y apoyaré lo que, desde mi punto de vista, más se le parezca o suponga pasos en esa dirección.

Sin embargo, aún así, es necesario que estas elecciones europeas supongan una gran movilización electoral a la izquierda del PSOE, que realmente condicione el futuro político y electoral en España y garantice una mayor representación en el Parlamento Europeo de opciones radicalmente contrarias a las políticas austericidas.

Ah, que se me olvidaba, y menos mal que la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) está animando la campaña con su anuncio de escraches silenciosos en los actos de campaña para informar a los ciudadanos: votar al PP es votar contra la ILP #EscracheReloaded. ¡SÍ SE PUEDE!