Artículo escrito a dos manos:

Manuel Jesús Román Estrade @manjenet

José Manuel Mejías Vega @Jose_Mejias_

http://blog.manje.net/2014/06/necesitamos-mas-adas-colau-o-en-realidad-no-el-reto-de-poner-caras-y-voces-a-los-movimientos-sociales/

Ada

Hace un mes Ada Colau dejó ser, por voluntad propia, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Solo una carta de Ada  a sus compañeros y compañeras, y un breve comunicado de la PAH dieron cumplimiento a lo que ella misma, y la PAH, pretendían, y que expresaba al final de la carta: (…) Creo que a nivel público no se necesitan más explicaciones que las  normales de cualquier organización social: que las portavoces vayan  cambiando es una práctica de democracia interna, habitual en cualquier  organización social, así que “Ada Colau” deje de ser portavoz no debería  ser especialmente noticia. Seguimos!

A pesar de que no dieron una sola entrevista, ni rueda de prensa, la noticia fue portada al día siguiente de todos los medios de comunicacion social.  La trascendencia que la acción de las PAHs está teniendo en España, y la de la propia Ada Colau, justificaba que la noticia fuera un bombazo. Pero ahí se quedo, a partir de entonces el protagonismo volvió a la ACCION de las PAHs con su Campaña de Escraches al PP en las Elecciones Europeas.

¿Porqué ha sido esto así?. Tenemos que recordar que  la «encarnación» de la PAH en la imagen de Ada se produce cuando la PAH ya tiene un amplio respaldo social, y concretamente como necesidad ante un proceso legislativo (ILP). Nada de  lo que dice Ada en su carta  suena extraño a cualquier persona de cualquier PAHs del país. Es lógico, sin embargo, que el hecho de que deje la «portavocía estatal» de las PAHs haya generado un momentáneo y «explosivo» interés mediático. Los movimientos sociales, por su propia naturaleza e historia en este país, solo en ocasiones muy especiales (No la Guerra, por ejemplo) han tenido tanta presencia e influencia en la política institucional, la opinión pública y los medios de  masas, y nunca lo han logrado como lo ha hecho la PAH, incluso antes de que Ada llamase criminal al  portavoz de la AEB (Asociación Española de Banca) frente a todos los  diputados miembros de la Comisión de Economía del Congreso.

La carta de «despedida» de ADA como portavoz estatal, que no como integrante y militante activa de la PAH, constituye todo un «manual» sobre cómo:
Afrontar las tareas de portavocía y representación de los movimientos sociales, y sobre que «tipo» de autoridad es compatible con un desarrollo verdaderamente democrático en el seno de los mismos

  • Reivindicar y defender la independencia, que no la neutralidad, política.
  • Relacionarse con la «esfera política»
  • Concebir el trabajo colectivo y la fidelidad a «lo colectivo»
    Formular las oportunas críticas y autocríticas sin entrar en espirales destructivas
  • Reivindicar el rigor en las propuestas, teniendo al mismo tiempo en cuenta el factor emocional en la acción política, sobre todo como refuerzo de la solidaridad, la ayuda mutua y la motivación permanente
  • Durante estos años hemos aprendido y reaprendido muchas cosas, algunas de las cuales Ada Colau pone negro sobre blanco en su carta, y otras, añadidas a estas, las hemos ido reflexionando en distintos foros.

Los portavoces en los movimientos sociales tienen que ser capaces de transmitir las ideas, los proyectos y acciones, los  sentimientos y estados de ánimo colectivos. Nos son personas que «tienen» unas excelentes ideas y proyectos y que «insuflan» en el resto «su» emoción y motivación. El  principal valor de Ada como portavoz de la PAH ha sido que su autoridad  no se basaba en su «excelencia» personal, sus capacidades comunicativas, que las tiene, sus propuestas, que habrá realizado en el seno de las asambleas de la PAH o promesas (solo prometía trabajo, lucha y que la gente no estaría sola ante los desahucios), sino que la autoridad se la daba el trabajo de sus decenas de asambleas y su trayectoria dentro del movimiento. No es fácil encontrar un equilibrio entre el componente racional-propositivo, que al fin y al cabo es el que da sentido y coherencia al movimiento en sí, y el componente identitario y emotivo, que nace en el seno de las relaciones personales de lucha, ayuda mutua y solidaridad, que nace del «orgullo» de integrar un movimiento que ha «revolucionado» en parte la vida política y que también se expresa en el grito común de ¡SI SE PUEDE!

Desde del 15M los movimientos han carecido de portavoces reconocidos, se ha desarrollado primero el discurso, tras los procesos de movilización y legitimación se han creado portavocías y solo durante el período en que transcurren las movilizaciones. Lo que ha hecho que la PAH, a través de Ada Colau, haya estado presente en los medios de manera permanente se debe a que la PAH genera movilización constante mediante la paralización de desahucios, además de determinadas campañas concretas en el tiempo (ILP, escraches, etc.). Sin embargo la mayoría de movimientos sociales, a partir del 15M, generan movilizaciones concretas y limitadas en el tiempo, teniendo proyección pública para después volver a la invisibilidad (con la excepción mecionada de la propia PAH y quizá de «las mareas»). Aunque las movilizaciones tengan su inicio en los mismos círculos políticos, e incluso desde las mismas personas y como parte del mismo problema, cuando resurgen lo hacen como un nuevo movimiento, con nuevos símbolos y nuevas caras.

Para entender el protagonismo que ha tomado Ada Colau hay que entender la importancia que tiene la PAH en el ciclo post-15M. La PAH, centrada en el eje de vivienda, pone en práctica un discurso político y una organización descentralizada que le permite identificarse como una evolución del 15m, a pesar de que existía con anterioridad. En este sentido, la PAH y Ada se convierten en portavoces de un amplio movimiento social, en el que además no existen otros portavoces significativos de los movimientos con los que compartir estos espacios públicos. El excesivo protagonismo que ha adquirido Ada Colau y por el que debe abandonar este trabajo, es, entre otros motivos, consecuencia de esta falta de portavoces en otros movimientos.

A esta «soledad» también ha contribuido que “Ada  Colau” se convirtiera en un personaje mediático en programas de gran  formato, donde a pesar de su empeño en resaltar «la dimensión colectiva», inevitablemente se focalizaba gran parte del discurso en la persona. Ella en su carta también reflexiona sobre esto cuando dice  «…creo que acudir a esos programas ha dado un  resultado más positivo  que negativo….»Nos ha permitido llegar a  millones de personas a las  que nos habría  resultado imposible acceder de otra manera. Es un canal  que hay que  utilizar con prudencia, por  supuesto, siempre de forma  crítica y tomando  precauciones, pero vivimos  en una sociedad mediática  y hay que usar  también esos canales.»..

La portavocía de un gran movimiento social  en nuestro contexto político, y la PAH lo es, requiere una dedicación plena y una «servidumbre» extraordinaria. No solo hay que tener cualidades, hay que dedicarse por completo y es incompatible con otras labores y casi con otras dedicaciones. No se puede ser portavoz a tiempo parcial. Aunque esto suponga reconocer que esta dedicación en exclusiva también señala las carencias de recursos de la PAH en concreto, y los movimientos sociales en general, para asumir cierto tipo de trabajo más penoso y sacrificado, porque tenemos como reto crear mecanismos basados en la corresponsabilidad que permitan que  determinados roles (portavocía, apoyo legal, comunicación social y de masas, gestión económica y de recursos, etc.) no  recaigan sobre pocas personas. Esta «tensión» dialéctica entre lo que «debería» ser y lo que en nuestro contexto «podemos hacer» se asumen como «contradicciones» sobre las que se reflexiona, una de las cuales, y no la más pequeña, es la vulnerabilidad de las personas que dan «la cara» ,que no tiene más que su propia personalidad y su circulo de apoyo, sin más sustento en estructuras orgánicas, recursos organizativos o soportes institucionalizados. En cualquier caso la PAH refuerza su planteamiento de partida cuando defiende que «en la PAH  no aspiramos a substituir a  una portavoz  estatal por otra; sino a  reforzar la encomiable tarea que ya hacen sus  múltiples portavoces, que son ahora más necesarios  que nunca. En toda organización  democrática hay relevos en las tareas  que se desempeñan, y la PAH cuenta por suerte con una amplia bolsa de  portavoces.»

Los movimientos sociales tienen un componente político muy importante y aspiran a poner en la agenda política y social los temas en torno a los que trabajan. La PAH marco la agenda política en un tema tan central, y con tantas ramificaciones, como la vivienda, principalmente a través de las acciones de desobediencia civil (paralización de desahucios, ocupación de viviendas vacías, encierros en entidades bancarias, …) y sobre todo a raíz de la ILP, la comparecencia en el Congreso y los escraches. Este hecho concentró en la figura de la portavoz estatal, Ada Colau, tanto las iras y diatribas del PP y su entorno mediático, como los intentos de cooptación y distorsión por parte de partidos políticos de la oposición.La PAH, a pesar de estos intentos, ha tenido la virtud de salir airosa en su independencia partidista, reconociendo la aportación de personas integrantes de partidos políticos (que no deben «criminalizarse») y manteniendo una relación transparente con todos ellos. Evidentemente la fortaleza de Ada Colau y su capacidad para apoyarse en el  «colectivo» ha contribuido mucho a ello, pero ha sido sobre todo su clara concepción de la independencia partidista, curtida en muchos componentes de la PAH, lo que quizá ha permitido mantenerla. Esta concepción también está claramente recogida en su carta cuando dice:

“Para  evitar especulaciones quiero aclarar lo que ya he dicho muchas  veces:  no voy a “fichar” por ningún partido político. Es verdad que en   distintas ocasiones, distintos partidos me lo han propuesto. Y también   es cierto que en algún momento me lo he planteado, puesto que la   situación es muy dura y de alguna manera habrá que echar a los  corruptos  y cleptócratas del poder. Evidentemente lo descarté en su  momento  porque era totalmente incompatible con ser portavoz de la PAH.  Pero  también porque creo que el actual sistema de partidos forma parte  del  problema, y por ello descarto el “fichaje individual”. Como  ciudadana,  estaré encantada de apoyar y participar de procesos amplios  que planteen  un cambio real en las formas de hacer política. Ojalá  seamos capaces de  crear nuevos dispositivos que nos permitan  reapropiarnos de las  instituciones para hacer que de verdad sirvan al  bien común, porque nos  va la vida y la de nuestras hijas e hijos en  ello. Estamos viviendo un  cambio de época, un momento histórico de  crisis de régimen; quienes  ocupan el poder lo saben y nos han declarado  definitivamente la guerra.  Pretenden acabar con los pocos derechos  conquistados y si no hay una  fuerte movilización continuada, y una  mejor organización social a todos  los niveles, podemos salir de esta  estafa llamada crisis muchísimo peor a  como ya estamos ahora. Por lo  tanto las PAH son más necesarias que  nunca, para hacer efectivos  derechos fundamentales como el de la  vivienda, para dotarnos de  mecanismos de auto organización y auto tutela  de nuestros derechos  frente a las políticas austericidas. Al  mismo  tiempo, habrá que  impulsar otros espacios de confluencia donde  unir  fuerzas para cambiar  las reglas del juego, pero cuando esas  confluencias  tengan una  expresión electoral, habrá que recordar que la  PAH como  movimiento no  puede vincularse a ninguna candidatura. Me  consta que  estos debates se  producen de un modo u otro en todas  nuestras asambleas y  creo que es  positivo, siempre que se respete el  carácter apartidista de  la PAH como  forma eficaz de cuidar un espacio  común en el que muchas  personas,  sensibilidades e ideologías distintas  hemos sumado fuerzas por  un  objetivo común.”

También ha salido airosa la PAH, en palabras de Ada Colau, del «peor monstruo al que nos  hemos enfrentado» .. «mucho más que los partidos» y que «es  el individualismo y el consumismo hegemónicos que  nos atraviesan,  que a  veces han generado desconfianzas entre  compañeros, desviaciones   asistencialistas o luchas personalistas en no  pocas asambleas… Y sin  embargo, casi siempre se ha impuesto la  principal de las virtudes: la   generosidad, la solidaridad, la  cooperación por encima de la competitividad, el bien del movimiento  por encima de ningún ego, el sentido común y la lucha colectiva. Esta reflexión autocrítica, tan difícil de encontrar en las organizaciones sociales, y su modo de formularla, es posible gracias a la cercanía y horizontalidad en las relaciones entre los integrantes, a una cultura de la inclusividad, de que la acción social es también un proceso de crecimiento y aprendizaje personal y de que no existe un proceso centralizado de poder en que la organización puede «controlar» las «desviaciones», siendo solo posible por la vía del diálogo y del respeto mutuo.

La portavocía es una parte del interfaz de relación de los colectivos/movimientos con las instituciones, medios de comunicación y población. Los medios son un canal de comunicación con la población menos cercana, ya a que una minoría de la población se llega a través de canales directos, presenciales o Internet.

Que no existan más figuras como Ada Colau en el espectro más masivo de los  medios de comunicación genera una falsa sensación de ausencia de  personas que puedan poner cara a nuestro discurso. Que la PAH y Ada llegasen a programas de máxima audiencia se debe también a circunstancias excepcionales, por un lado una politización social que genera que la política llega a los bares, a la cola de la panadería, etc, que provoca, a su vez, la aparición en televisión de programas políticos y debate en espacios de máxima audiencia, que antes eran residuales, y por otro, que el problema se aborda y desde un punto de vista «mediático» es sencillo de explicar y visualizar en cualquier parte del país: te quitan la casa, no tienes donde vivir.

Otros movimientos, como «las mareas», ha tenido cierta presencia pública, teniendo una portavocía más «distribuida» y menos focalizada, también porque los recortes en materia educativa, salud, servicios sociales son más complejos y variados en cuanto a los temas que abarcan, intensidad según areas temáticas y geográficas, colectivos  a los que afectan, administraciones de los que dependen, etc y han dado lugar a múltiples «mareas» temáticas, territoriales, que sin «portavoces» identificables, si han logrado la visibilidad del concepto y las reivindicaciones (las mareas). El sostenimiento en el tiempo de estos «movimientos» y la interlocución con la sociedad se explican también por la integración en los mismos de personas que son, a su vez, integrantes de organizaciones más «formales» (sindicatos, asociaciones de consumidores, asociaciones profesionales, ONG,s) que también han proporcionado la capilaridad necesaria para sus extensión y sostenimiento.

Otro ejemplo de portavocía distribuida es el de ATTAC, que tiene un amplio «catálogo» de expertos en economía, sociología, política, que no llegan a adquirir este protagonismo, por su multiplicidad y diverso «rango», así como por el tono menos inmediato y más «denso» de su mensaje. Siendo no obstante una «marca» casi desconocida antes del 15M y que en la actualidad es mucho más reconocible sin que tenga «una cabeza visible». Su continuidad tampoco es ajena a su carácter internacional y a ser una de las organizaciones que a nivel mundial trabaja un tema de tremenda actualidad política, al menos en Europa, como es «la economía».

Una forma de portavocía más «tradicional» ha sido la utilizada por las «Marchas por la Dignidad», con preponderancia de centralidad de las principales y más significadas organizaciones convocantes y de sus portavoces «orgánicos», por ejemplo Diego Cañamero, que siempre han estado mucho más visibles que los portavoces de organizaciones más pequeñas, temáticamente más diversas o territorialmente más dispersas.

En cualquier caso todos estos ejemplos carecen de un elemento esencial, ya que para conseguir el protagonismo que ha tenido Ada ha sido necesario primero un «minuto de oro», en este caso en la Comisión de Economía del Congreso al que ya hemos hecho referencia, y por otro ser capaz de que en tú persona se sientan representadas una amplio sector social (prácticamente todas las personas, y su entorno, «afectadas» por una hipoteca o que tengan dificultades con la vivienda).

Para finalizar debemos recordar que las personas en seno de los movimientos sociales, en el «activismo», incluso en el que tiene una marcada dimensión política, terminan juntándose, como en el resto de actividades sociales, en base a realidades materiales compartidas, intereses legítimos, objetivos y metas concretas; aunque toman forma también a través de afinidades ideológicas, personales, generacionales, territoriales, estilos de comunicación, gustos, afectos,.. y en el camino construyen o se adhieren a identidades formales en las que sentirse «agregados» a «algo». Encontrar una forma de poner «voces» y «caras» a estas realidades, sin «matar» la riqueza y pluralidad de las mismas, sin generar dinámicas de concentración del poder y personalismos, y a la vez sin propiciar la dispersión o la atomización, es uno de los restos que tenemos en la actualidad.